lunes, 11 de enero de 2010

Los almuerzos pueden crear confianza para hacer negocios



Economía




Domingo 10 de Enero
Por Emilia Subiza


Los empresarios eligen la hora del almuerzo para reunirse con clientes, proveedores, superiores jerárquicos o miembros de su equipo de trabajo. La intimidad del encuentro gastronómico brinda un ambiente distendido para fortalecer los relaciones y avanzar en los negocios.
"Los almuerzos son una oportunidad para reconocer que se hace negocios con personas más allá del rol laboral que ocupan. Se genera confianza y es más fácil conocer al otro en un territorio neutral como un restaurante. Lo operativo y puntual se trata luego en la oficina", dijo el gerente de Marketing de Megatlon, Javier Petit de Meurville.
La cordialidad suele imperar en estos encuentros: se plantean situaciones o se avanza sobre ellas, pero no se tratan números. Cerrar un precio, comparar estadísticas o analizar rendimientos queda para la oficina.
La gerenta de Marketing de Avaya, Candelaria Alvarez, contó que usan los almuerzos para hacer presentaciones de producto. "Es más fácil convocar a la hora de comer porque es un horario amigable en el que todos paran un rato", agregó.
El profesor de la carrera de Organización de Eventos de la Universidad de Palermo (UP), Martín Traina, explicó: "Los almuerzos se usan como herramienta de vinculación entre empresas y su comunidad de referencia. Sirven para fidelizar las relaciones o presentar productos". El académico destacó que es más fácil escuchar a quien se conoce un poco más a partir de compartir una situación como una comida.
La elección del lugar de reunión y los costos de la comida, en general, corren por cuenta de quien cursa la invitación. Cercanía de las oficinas, estacionamiento propio, disponibilidad de salones reservados y alta cocina son algunos de los factores que influyen en esta decisión.
La profesora de Ceremonial y Protocolo de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Mónica Ortega, sostuvo: "Uno no invita a un almuerzo empresario con menú ejecutivo. Se eligen lugares de prestigio y paga quien invita, incluso si es mujer".
El gerente de Megatlon contó que elige restaurantes que queden a una distancia intermedia entre las oficinas de los concurrentes y que tengan estacionamiento. El Mirador, Módena, Museo Renault y Novecento fueron algunos de los ejemplos que mencionó. Jorge Córdova, Managing Director de Travelocity, dijo que para reuniones con abogados y gente de finanzas opta por los restaurantes de la zona de La Recova (avenida 9 de Julio y Libertador) y que los de Puerto Madero funcionan para el resto.
Audi Lounge, en avenida Figueroa Alcorta y Tagle, es otro de los rincones elegidos por empresarios, siempre y cuando sean propietarios de un auto de la marca. Internet, cafetería premium y un asistente personal son algunos de los servicios sin costo. Soledad Cena, encargada de relaciones públicas, contó es utilizado por muchos clientes del interior que toman este espacio como su oficina en Buenos Aires.
Para "ponerse la camiseta"
El almuerzo es una buena ocasión para hablar con lo superiores en una atmósfera más flexible, y también una forma de motivar y reconocer los logros de un equipo.
"Afuera de la empresa las estructuras y jerarquías se sienten más livianas y es más fácil hablar con libertad entre jefes y subordinados", señaló Traina.
Las comidas entre ejecutivos duran en promedio una hora y media. Francisco Dotto, del restaurante de comida peruano Astrid y Gastón, contó que son más largos de lo habitual porque "se trata de gente que maneja sus tiempos". Además del salón principal, el restaurante cuenta con un salón privado para quienes requieren mayor intimidad. Lo mismo sucede en el restaurante Mancini (en la foto), en el barrio de Recoleta, elegido por importantes empresarios por el prestigio de su cocina y por la privacidad que brinda su cava.
El consumo de vino es variable. El encargado del restaurante de Winery, Sebastián Ravicule, señaló que generalmente se eligen botellas de etiquetas reconocidas como Luigi Bosca o Catena Zapata. Otros, en cambio prefieren almuerzos sin alcohol. El ejecutivo de Travelocity contó: "Mis comidas son con los teléfonos celulares sobre la mesa y sin pedir vino. A los sumo pido una copa de champagne mientras miro el menú".